lunes, 29 de octubre de 2012

"Unas palabras para Marité"


Entre gritos dentados,
el ancho y cálido aire que flota,
entre espasmos sudorosos de individuos en calma,
entre el bullicio extremo de este antro sonoro
y mi acelerado corazón sensato, te pienso.

Entre el piso sucio, en la mirada empañada,
en el largo tránsito incómodo y pedante,
en la soledad de tan amplia multitud de estruendos y regaños,
de días azarosos y curas de diablos, te anhelo.

Escapando del día, huyendo del tema,
sucumbiendo a tan largas horas efímeras, te ansío,
con la cavidad mental repleta,
con las ideas acechantes te deseo,
con el espíritu convulsionado, te pienso.

En la majestuosidad de tu ternura,
en la viveza de tu encanto,
en el germen siempre bello de tus besos el contacto,
en el inexperto momento de ambos, yo te amo,
día a día, lugar tras lugar, estación tras estación,
acoplado, atrapado, agónico, yo te amo,
en la extrañeza voraz de este monstruo metálico,
en este breve espacio entre espacios, solo sé
que yo te amo.



Nacido en el metro para llegar hasta tus ojos y de ahí en más, espero que a tu corazón. Te amo esposa mía y no te imaginas como amo a nuestro bebé.

lunes, 8 de octubre de 2012

Historias de caracoles e hijos.

Los sonidos brotaban aquella tarde, el golpeteo de las gotas de agua azotándose contra el duro pavimento no era mayor problema para que la vida bajo el mundo brillara a la mínima presencia lumínica. 
En esa gran colonia repleta de millones y millones y muchos millones más de habitantes, vivía una pequeñita familia, una de esas chiquititas, chiquititas como de azúcar o de anís. Era solo el padre y la madre, solo el hombre y la mujer, solo el varón y su dama. 
Dos caracolitos que entre miles y miles de vecinos disfrutaban sus días pasiva y en ocasiones frenéticamente, que comían ricas cosillas preparadas con la habilidad de la mamá y que el padre recolectaba lo mejor que en su torpeza podía. 
Un día, de esos que llegan sin avisar, una gotita de agua que brillaba cual estrella fugaz, cayó por los ductos de la colonia y tocó el capazarón de la caracolita. Lo tocó y su suavemente recorrió las hermosas formas de la crustáceo haciendo que esta riera descontroladamente. 
El padre caracol, que en ese momento regresaba de sus labores, cansado pero feliz, miró a su mujer reír alborotadamente y con sorpresa le dijo - amada caracolita, ¿qué pasa contigo?, ¿por qué ríes de esa forma? - la caracolita sin saber que responder solo se limitaba a intentar calmar su voluptuosa y generosa risa. Momentos después, ya cuando la caracolita pudo calmar su repentino ataque risueño le dijo a su esposo - caracol, esposo mío, he sido tocada por la magia de la vida, esa magia que del cielo cae y con la suavidad y pureza del infinito nos ha regalado una pequeña semillita, una semillita linda y diminuta, una que debemos cuidar para que crezca fuerte y se vuelva lo mejor de nosotros, - el caracol algo extrañado la miraba sin pronunciar palabra y la caracolita, entendiendo que su esposo no había comprendido  nada de lo que le había contado, al fin le dijo - estamos esperando un pequeño retoño, nuestro y solo nuestro - el caracol, vibrante de alegría intentó saltar, pero al ver la imposibilidad que le provocaba su caparazón se limitó a abrazar bien fuerte y a besar con todas sus ansias a su caracolita.
Y así, en la inmensidad de la colonia, las nuevas aventuras de esta familia de caracoles por fin comenzarán, ya no solo dos, ahora acompañados por el as de sus almas.





Breve y simple historia para mi mujer y nuestro hijo. Te amo Marité, te amo Matías Ian Ignacio. Son la razón de mi ser.

lunes, 1 de octubre de 2012

"Sueños en el vientre"

Late, baila, salta y ríe,
vives inmenso y diminuto,
suspiras y eres,
recóndito en la noche
que el sol te ha de alcanzar.

Creces, imaginas y seduces 
todos nuestros anhelos,
con una imagen dibujada
y un alma certera en paz;
Allí estás, allí dentro estás,
en nuestras vidas y almas estás.

Pequeño, pequeño, pequeñito,
brotando de la flor más bella,
encaminas tu mirada,
creas sueños sin siquiera querer,
percibes ondas cósmicas
del amor de tus padres. 

Sigue tu camino, crea tus deseos
ya la fuerza de un amor incesante,
hará real todo lo que quieras,
incluyendo la utopía
o tal vez dos manos que te cuidan,
te adoran y esperan,
de hoy y siempre más.


A mi hijo Matías Ian Ignacio que en camino viene. Siempre anhelante y con las ansias más grandes, esperamos por ti. Te amo.

"Más razones para mi amor"

Por que eres el placer que encuembra mi aire,
por que brotas hermosa cada mañana,
por que a tus caricias sucumbe mi estero,
por que al verte dibujada mi alma vibra.
Por que tus besos son dulzura constante,
por que tu paso quiero sea el mìo y el mìo de ti intacto.
Por que el día  es inmenso a la lejanía,
por que el silencio, la risa y la vida son solo de ti.
Por tu mente, por tu acento y por tu alma.
Por que en ti cobijas mi regalo,
por que quiero seas mi existencia,
mis horas y momentos,
mis espacios y recuerdos,
mis reencuentros y paseos.
Por que de ti todo quiero
y entregar a tus manos lo mejor.
Por tu tiempo yo te amo,
por tu bendito suspiro yo te amo,
por las ansias y el desgano,
por lo consejos y reprimendas,
juegos y descansos,
yo te amo.
Por que eres mía yo te amo,
por ser de ti y nadie más yo te amo,
por la esperanza cierta de un mosaico
siempre yo te amo.


Dedicado a mi esposa, sea como sea todo, siempre te he amado y dejar de hacerlo sería morir. María Teresa Valdés, gracias por estar en todas conmigo.