Somnoliento día, frío témpano brumoso,
sentado en el vacío intenso te sueño,
deseo mis horas completas y etéreas,
unidas siempre a ti.
Sintiendo el peso contorno de un sueño eterno,
pegado a la palestra del mundo,
cobijado en mi anhelo, buscando tu piel,
tu cuerpo y el mío, te espero.
Congelándome ante el sol, cansado a momentos,
sosteniendo mi ser te sueño,
la espera inquietante del instante infinito,
desespero y espero.
Ante el paso de nubes,
sentencias complejas, quimeras volantes,
extraños espacios consumen mis dedos,
la risa abandona y escapa asustada,
recorre caminos hurgando la usanza,
sedienta del hambre que busca tu miel,
de este hombre corriente que te ama a destajo,
te adora, te quiere y quiere adorarte,
que ama tu nombre, tu delicada silueta,
que espera paciente, aprendiz animado,
amarte en el acto, abrazarte y espera,
que el día avance y el mundo de freno,
dé pies y patadas y grite sonante,
la envidia ferviente de ver que te amo,
te amo y te amo, de sangre y por siempre.
Ya camino a los dos años de matrimonio, las palabras nunca alcanzarán para expresarte mi amor completo, sincero, fiel y eterno. Te amo mi vida, te amo mi Marité.
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