miércoles, 27 de junio de 2012

Carta segunda a ti hijo(a)

Vienes en camino danzante pequeño, vienes con las ganas y la vida germinando, vienes a saltos vibrantes corriendo a nuestros brazos, tomando el aire y cantando con tu voz, vienes suave, dulce, brillante, lleno de todo, vienes y de eso no hay más, no hay más que dicha, ansias y una creciente pasión, eres mi todo y un deseo que no se ha de empañar.
Vienes a tu paso y ya he hecho mal, avergüenza mi día mi mal obrar, congraciarme a tu vida es mi espera y tomar tu mano el día que me colma, es mi único anhelo. 
A ti dedico este momento, no solo para expresar la enorme felicidad que me embarga, sino por el deseo intenso de solicitar tu perdón, a ti y a más nadie, aún no me ves, ni yo, pero he fallado en mí, he sido inerte ante tu aparición y no puedo más que querer demostrarte que ya no será así, mi felicidad es inmensa y mi ánimo preciso, mi ansias fervientes se expanden como el infinito y es a ti, a ti y tan solo a ti, a quien espero.

Por cada día en el que tu corazón baila, agradezco a Dios.

Con amor, para mi hijo que en camino viene.  

martes, 26 de junio de 2012

Cómo no.

Qué nuevo mundo he de recorrer,
qué espacio efímero me ha de usurpar,
qué trémulo efecto será de mí,
la paciente espera de tu alma,
respetuosa imagen a mi bien,
como no recordar tu labios,
si me hacen vivir,
cómo no encontrar tu cuerpo en los sueños, esos de mal,
cómo no agazapar mi alero frente al espectáculo de tu rostro,
cómo no amarte como te amo,
si estas aquí, parada frente a mí.
Cómo no desear cada triángulo o circuito en ti,
cómo no amar tu aliento si me alimenta hasta el fin,
cómo no sofocar mi alma, cuando te tengo lejos,
ajena, pendiente y expectante,
cómo no amarte como lo hago,
si de ti vivo, me rindo y sueño,
descanso, río, lloro y vuelvo a soñar,
como no amarte tanto, de día, de noche y de ayer,
cómo no amarte, si lo eres todo,
el perfecto empuje de la risa y la bebida,
la droga perfecta de placer y sinfonía,
el impactante anhelo que escondo y grito,
el calor ferviente, en toda circunstancia,
el único deseo lleno, completo sin defectos,
el amor de mi vida, cómo no amarte.


Para mi bella esposa Marité. Te amo polluela.

Carta a ti hijo(a)



Cómo mostrarte el mundo más que en mis sueños, cómo recordar esos idilios estrechos e instantáneos, cómo enseñarte del arte si a penas conozco el término. Cómo crecer a tu lado si aún no tocas el aire, cómo decirte te amo si tu escucha es muy lejana, cómo mostrarte mi alma si todavía falta.
Cuánto momentos crearemos, cuántos espacios dibujaremos, cuantas sonrisas eternas se reflejaran en tu rostro y en ese extracto de tiempo, en ese preciso atesoraré la vida por ponerte a mi lado. Sé que lo sabes, sé que lo seguirás sabiendo, aunque los dilemas se opongan y las rabias nos rodeen, siempre será de tu entendimiento, que te amo, en tu pequeña existencia y en tu gigante porvenir, te amo, estés lejos o cerca, latiendo, respirando, sumergido en un campo de amor, siempre será de tu conocimiento.
Pequeño, que creces allí dentro, vive en paz, sueña colores, escucha atento y espera el día, por que cuando emerjas a este espacio de universo, estarán tus padres ansiosos por ti, por verte crecer, vivir y ser siempre, siempre feliz, por que ese es tu norte y este nuestro destino.

Hijo(a) te amamos, tu padre Matías y tu madre Marité.

Historias de bebeses y padreses


Éranse mil días de una meta creciendo,

éranse mil minutos de una espera crujiente,

éranse caricias de estrafalarios momentos,

éranse el precipitar de un pálpito nervioso.

Éranse los aires venideros hermosos,

éranse los espacios pasadizos pasados,

éranse experiencias de la estela novedosa,

éranse caricias y ensueños, dulcecitos y esponjosos

cariñososos por venir.

Éranse gigantes pequeños pequeñísimos,

éranse bebeses a sus padreses parecidos,

éranse sonrisa y gestos al andar,

eranse el utópico retoño de un par.

Cuando laten tus silencios, mi barullo se escapa,

cuando pienso en tu nacimiento, zarandeos van detrás,

cuando camino el llano, la ventana esta celeste,

de vibrantes vibraciones, que animan todo el mar.

Cuando dos padreses esperan, esperan y esperaran,

un bebeses silva ríe, salta y paz,

cuando un bebeses siente el calor de su cobijo,

ama tierno, crece y ya.




Una historia breve en verso, para mi hijo(a) que viene en camino hasta nuestros brazos. Marité, te amo.