miércoles, 27 de junio de 2012

Carta segunda a ti hijo(a)

Vienes en camino danzante pequeño, vienes con las ganas y la vida germinando, vienes a saltos vibrantes corriendo a nuestros brazos, tomando el aire y cantando con tu voz, vienes suave, dulce, brillante, lleno de todo, vienes y de eso no hay más, no hay más que dicha, ansias y una creciente pasión, eres mi todo y un deseo que no se ha de empañar.
Vienes a tu paso y ya he hecho mal, avergüenza mi día mi mal obrar, congraciarme a tu vida es mi espera y tomar tu mano el día que me colma, es mi único anhelo. 
A ti dedico este momento, no solo para expresar la enorme felicidad que me embarga, sino por el deseo intenso de solicitar tu perdón, a ti y a más nadie, aún no me ves, ni yo, pero he fallado en mí, he sido inerte ante tu aparición y no puedo más que querer demostrarte que ya no será así, mi felicidad es inmensa y mi ánimo preciso, mi ansias fervientes se expanden como el infinito y es a ti, a ti y tan solo a ti, a quien espero.

Por cada día en el que tu corazón baila, agradezco a Dios.

Con amor, para mi hijo que en camino viene.  

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