martes, 26 de junio de 2012

Historias de bebeses y padreses


Éranse mil días de una meta creciendo,

éranse mil minutos de una espera crujiente,

éranse caricias de estrafalarios momentos,

éranse el precipitar de un pálpito nervioso.

Éranse los aires venideros hermosos,

éranse los espacios pasadizos pasados,

éranse experiencias de la estela novedosa,

éranse caricias y ensueños, dulcecitos y esponjosos

cariñososos por venir.

Éranse gigantes pequeños pequeñísimos,

éranse bebeses a sus padreses parecidos,

éranse sonrisa y gestos al andar,

eranse el utópico retoño de un par.

Cuando laten tus silencios, mi barullo se escapa,

cuando pienso en tu nacimiento, zarandeos van detrás,

cuando camino el llano, la ventana esta celeste,

de vibrantes vibraciones, que animan todo el mar.

Cuando dos padreses esperan, esperan y esperaran,

un bebeses silva ríe, salta y paz,

cuando un bebeses siente el calor de su cobijo,

ama tierno, crece y ya.




Una historia breve en verso, para mi hijo(a) que viene en camino hasta nuestros brazos. Marité, te amo.

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