Duerme, duerme y duerme,
descansa cálida princesa,
ensoñaciones varias, versálites y voraces,
consumen atractivos, siniestros y espejos;
Duerme y vuela, duerme y viaja,
que en el amparo ingenuo de una mirada mía,
los intoxicantes deseos de ti me llevarán al camino.
Duerme, duerme, duerme y crea,
mundos opacos caen ante tu voz,
lejanos espacios vibran contentos,
cobrando vida y mil formas,
bajando el ánimo y levantando un suspiro.
Duerme, duerme y abrázame,
cobija en tu seno el recuento inexacto,
duerme y abraza mi empeño,
ese empeño inmortal de tocar tus labios,
de sentir tu goce y besar tu vientre,
de sentirte libre en la paciencia de mí.
Duerme, duerme y duerme y duerme,
nunca dejes de hacerlo,
más yo, pegado a tu cuerpo,
dormiré por el eterno espacio del sueño
todos los momentos vivos, vivos y nuestros.
Duerme, duerme y ama,
ama a tu hijo, a tu vientre, a tu estela,
duerme, duerme y duerme junto a mi,
adentrada en mi cuerpo
sujetada de mis alas
y sonriente por siempre,
incluso al despertar.
Te veo dormir y solo nació esto, gracias a esa imagen de paz y bienestar que puedo percibir. Te amo Marité y a nuestro hijo lo amo más y más. Con mil ansias todos los días.
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