martes, 30 de agosto de 2011

“Castigo”

Raptada mi alma de las burbujeantes llamas pasionales,
cubiertos los destinos rotos
y los deseos indecibles,
en la soledad de este cuarto te canto desamparo,
dolorida creyente de vicios sanos,
amarga compañera perenne,
que ganas batallas, a favor de mi desdicha
y de estas ansias arrancadas.
Corrompes el ensueño derivando a mis labios,
el veneno maldito que destrona mil días, vivos.
¡Oh! destino funesto, que embargas de mi rostro,
esa luz vívida y palpitante que brotaba,
que secuestras voluntarioso los días bien aventurados.
Pues haz de hacerme preso de la vida de asesinos,
exiliado al aire, al vagabundeo eterno,
a la perdición consumada,
siendo el propio sujeto que de su voz palpitante,
que emanó diatribas y abundantes pesares,
¡cortadle la lengua para que no vuelva a pecar!
Cortadle la lengua, así jamás,
jamás volverá sin credo,
a dañar el alma de las musas,
de la vida y de tu paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario