jueves, 1 de septiembre de 2011

"Consejos Suicidas"

Divaga pedante intruso,
determina del sentido los términos posibles,
gestiona en tu andar insurrecto,
la semilla que delimita tu ensueño.
Atrofia las vanidades,
admite tus derrotas,
culmina tu triste vida
y date mil tiros,
quien sabe y al quinto tal vez,
te brote un infarto.
Asume en tu personalidad jodida,
que los destinos perfectos
y las llamas inmortales,
suelen ser vientres corroídos
y mordaces.
Toma entre tus ojos,
la creciente necesidad de morir,
de tomar tu propio mundo,
roto, estropeado, elemental
y sacudirlo ante el amparo de Belcebú.
Asesina pacientemente tus deseos,
ponlos en el piso, escúpelos,
destrúyelos, pues más allá del abismo
en un celeste infierno de dolores,
las torturas inconmensurables del coccito enfermo,
tal vez hagan divisa simple,
de tus anhelos torcidos
y de tu normalidad idiota.
Como si vivieses,
como si disfrutases, como si algo tuviese ceño,
como si de tu innegable esfuerzo,
dependiera la felicidad.
Toma tu vida, lánzala a un vertedero,
come de tus entrañas lo único que no esta podrido,
como de tus entrañas,
lo que puedas rescatar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario