Primero y ante todo debes entender señor
lector, que el abismo que separa el mundo mundano, del corriente y satírico
efecto de contrariar ciertas discrepancias referidas al concepto de realidad,
no corre en este pequeño instrumento de ejercitación diaria, semanal, mensual,
anual o hasta mental, por lo que debes anotar cada una de las instrucciones que
aquí se entregan y detenidamente seguirlas, una a una, letra por letra, pues si
en algún caso no realizas el procedimiento encomendado, ten por seguro que tus
años de libertad intelectual y de expresión han de caer en una agujero tan pero
tan extremo y extraño, que la nada misma parecería un paraíso.
1.-
Detén tus pasos y da diez vueltas en torno a una cornisa sucia de la esquina de
tu vecino más lejano. El punto principal es determinar quién es tu vecino más
lejano, pero para eso debes retener en tu mente la definición de vecino (revise
en el recetario de mamá).
2.-
Ahora vierte en un lienzo dos capas de helado de fresa y sumerge las uñas
quinta y tercera de tu pie izquierdo en él. Notarás que el efecto de relajo se
distribuye por todo tu espanto.
3.-
Salta sobre tu mano derecha y no dejes de dar gritos y bamboleos en el aire,
pues al tocar el suelo los gritos y los bamboleos pierden efecto de persuasión,
incluso llegan a ser molestos para un vecino lejano.
4.-
Sacude de tu cabeza veinte kilos de asfixia y abrígate los dedos índices al
llegar a Plutón. Algunos creyentes afirman que es un lugar sumamente árido y
frío, mejor es asegurarse y llevar dos pares más de calcetas y guantes, pues no
pesan tanto y caben en cualquier sitio.
5.-
Estando en Plutón, bebe de una copa de cristal dos azucaras limonadas, así te
proteges de los virus que rondan y pululan en esos lindes. Toma un par de rocas
y de veinte saltos y dieciocho ruedas vuelve a la casa vecina de tu más alejado
pariente, al que no ves nunca.
6.-
Dale un abrazo.
7.-
.
8.-
Estando en tu hogar enciende el televisor, pero hazlo en un lugar donde el humo
y la explosión que generaras no incomoden a nadie, por que el fuego y esos
parásitos electrónicos son enemigos jurados.
9.-
Al haberte deshecho de aquel aparato infernal, llora, llora cuanto creas
conveniente, porque sabrás que deberás reponerlo tarde o temprano.
10.-
Ya más tranquilo escribe un par de quejas formales, unas tres más informales y
una sumamente vulgar, simplemente para quitarte el antojo.
11.-
Desayuna en la playa que más cercana esté de tu pariente menos querido, así
puedes causarle algo de envidia antes de pedirle perdón por tu ingratitud y los
celos causados.
12.-
Por último sonríe y quita de aquí tus sucias manos, pues si haz seguido estas
instrucciones ya no necesitas seguir leyendo. Pero antes sigue la instrucción
final.
13.-
Toma este pequeño manual, incrústalo en tu mente, reescríbelo y entrégaselo a
tu vecino más lejano, en algún momento volverá a ti y así te corresponderá
agregar una nueva instrucción. Atentamente el papel del autor y el autor
del papel.
14.-
…
Como regalo a mi amada y querida prometida. María Teresa Valdés Silva, que está mirando apoyada en mi hombro.
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