martes, 29 de noviembre de 2011

"Mísero tiempo"

Respira profundo, brota el viento,
retoma tus ávidos sentidos de inoportunidad
y deja tu cielo caer por sus pies,
retoca con pálidos pinceles
los días moribundos de tu vida,
hazlos lienzo fresco
y quémalos, retuércelos, déjalos ir.

Ese mísero tiempo de mirra,
succiona tus vértebras,
cobija tus huesos tiernos
y quebranta tu emoción.
Deja de respirar, siente el palpitar cegado
sordo e incompuesto,
siente que no hay celos ni miedos,
que no existe la ira
o el tiempo de agonizar,
la vida hecha trizas y la ceniza
hecha sueño,
cae en el principal abismo,
tropieza mil veces con el anzuelo,
corta tus dientes uno a dos
y rompe tu piel insegura.

Abre los ojos,
ya no hay palpitar,
la cándida idea de sentir, ya no está,
ha vivido, crecido, escondido,
asustado, torturado, agonizado,
desterrado
y ha caído en ti,
simplemente para morir.

"Sujeto"

No soy, no he sido ni jamás seré,
ni andrajo ni dinero,
tan solo un grito moribundo,
en la vacía ala negra de la tarde.
Tirado en el piso, barriendo con los ojos
el andén estrepitoso, no soy,
nunca he sido ni jamás soñé.
Alimento de carroña y carroña en ruinas,
una suma inmensa y completa,
nunca he sido, no ser,
hombre, bestia, diablo o Dios,
nunca lo fui, ni podré,
tomar del vaso roto,
hendir la boca hasta el fondo,
no he tenido ni tendré,
polvo en el cielo,
ni nubes en los pies,
jamás fui, jamás he ni poder,
tomar la historia con estas manos,
arañar lo humano y reír,
comer de la vida solo un gramo,
jamás he vivido ni viviré.

Solo hay una idea,
una completa e inexistente piel,
jamás, nunca, no soy, no he sido
y nunca en la vida,
seré.
 
Revisar – resignar – punto y fin.

"Fuerza de ser"

Cierro cien veces estos ojos rojizos,
intento cabalgar los minutos espaciales,
retomar el alma descompuesta,
sumar y vivir en positivo.
Recolectar con risa
cada día feliz,
traspasar el umbral de mis deseos,
y encontrarte allí, acá, en todo.
Sentir en mi tacto tú apacible ser,
seducir a la noche para vivir,
permitir que la resurrección del día,
no llegue jamás.
Con el eco puro correr a prisa,
hacia toda ti,
abrazar y tocar todo este tú,
enunciarte, nombrarte y gritar
sensibles acordes y notas en fa,
en todo afán sueño.
Lo intento, todo lo intento,
el recurso retórico,
la venda invisible, todo,
lo intento, lo intento y lo intento
y conseguiré llegar.


María Teresa Valdés, lo conseguiré, solo por ti.

"Vegetal"

Me hacen sobra los días, los paños fríos, la música de envase y por goteos. No puedo recordar cuántos días he vivido aquí, desahuciado todos los días y por milagro sigo siendo asistido todas las mañanas. Enfermeras van y vienen, mi condición siempre crítica genera lástima en todos, familiares, amigos, médicos, estudiantes, incluso en mis peores enemigos, los que para mi sorpresa no vienen a reír, sino a llorar, gimen, sufren, casi tanto o incluso más que yo.
Mi cabello se fue hace años, mis dientes son trozos de cristal sacrosanto, por lo que mi memoria, generalmente entorpecida, no logra dimensionar qué o dónde probé el último bocado sólido. Qué más da, las cosas son de esta manera y temo así se queden, quien sabe, tal vez es mi normalidad, una venganza de la vida o al fin y al cabo me he transformado en un “vegetal”.

Recuerden plantarme bien al fondo de esta tierra.

"Cúmulo de desamparo"

La decadencia se hace presente.
Ardiente, constante, hambrienta,
sonante y consonante.
Y ese manto frío y melancólico,
desdichado de vergüenza,
que en las débiles noches de invierno,
retoma en peces frívolos
el ajenjo eterno de una ruina lejana y compuesta.
Gimen caricias, besos, gestos,
y una mezcla deshecha de verdades certeras.
Dioses, demonios y hallazgos,
un cúmulo de desamparo
y una botella de sed.

"Expresión de una idea trascendental"

Qué haz hecho de mi corazón
parca helénica en otoño,
un despojo humeante,
un deshecho Príamo,
una llama que congela.
Qué haz hecho de mi, sol,
dulce quimera,
una vertiente clara y sobria,
una verdad mordisqueada,
un ebrio con frente a la niebla,
un aire verde y refrescante.

Qué haz hecho de mi ser
dulce amada,
una calidad llena de sueños,
un soplo alegre, una brisa,
un breve instante que perdura,
una sonrisa inmune a los años.
Qué haz hecho de mi
mujer inmensa,
un soplo pulcro y dadivoso,
un hombre pleno y satisfecho,
un sujeto único y contento,
un paso a paso de tu mano,
una vida colma, siempre bella.



Qué haz hecho de mi María Teresa Valdés, qué haz hecho para enamorarme tanto. Te adoro novia mía.

jueves, 17 de noviembre de 2011

"Retórica"

Si tan solo un sin número
de adverbios, adagios u odas
describiera la magnificencia
de tu imagen, me sentiría en paz.

Sin tan solo el ámbito
biológico de mi gramática.
representara la sintaxis de tu ser,
podría morir feliz.

Si tan solo todas las capacidades discursivas,
alabaran de ínfima manera,
la retórica completa de tu piel,
la vida se detendría.

Pero no es así,
la sencillez del todo,
se vuelve ilusa ante la nada,
y la creación completa
involuciona el tiempo
en que te veo andar,
retumbando mi interno
y dejándome desnudo,
ante todo el todo,
que representas en mi alma.




Te amo, tu lo sabes Marité.


martes, 15 de noviembre de 2011

Tanto me gustas

Me gusta recorrer tu aire,

beber del vacío instante

cada extracto seguro de ti,

cargado de alma de vida y de bien.

Me gusta abrazar tu cuerpo sincero,

sin falencias ni mentiras,

me gusta la naturalidad de tus pies,

el regazo alegre de tus manos,

el potente y dulce afan de tus ojos,

el suspiro enorme que escapa desde tu ser.

Me gusta soñar tus besos y tenerlos,

ser un pequeño cause

ante tu altar,

vivir de tu risa cada día,

decir buenas noches

y amarte a la mañana siguiente.

Me gusta ser tuyo y tan solo de ti,

vivir presente la distancia a tu alma,

sacar las alas y amar,

me gusta todo de ti,

lo bueno, lo malo y lo mejor,

me gustas con luz y en la sombra,

me gustas del cabello

pasando por tu voz

y llegando a tal colapso,

que si no te tengo,

me muero,

por que solo vivo por ti.




Me gustas y te amo María Teresa.

Desinterés


Del alumno anarquista
y el desinteres docente.
Realidades contrapuestas,
realidades unificadas,
destino trágico, latente,
pierdan gritos,
reciban palos, los ánimos mojen
y el camino al mundo mundano. 
Ese moribundo pesar,
cabalgata por mi mente,
hierve en plena devoción,
el plenario legislado.
Alas retráctiles, colmillos de veinte pesos,
profanos sentidos de aislamiento
de una columna virgen 
y un silabario de dos letras.
No coman ansias ni venenos,
no sirvan postre en sus asientos,
reciban alegres mirando al piso,
ese anuncio esperado,
que la lucha aunque inservible,
vivirá eterna por siempre,
en tanto golpe y moretón,
y el llanto de hambre
de tantas noches sin casa. 

lunes, 14 de noviembre de 2011

"Si pudiera"

Y si supiese el creador,

que el retículo forjado

del alero viviente de mi empeño,

no es más que el compuesto inherente

de todo ámbito de mi vida

y que tan solo expresarlo equivale a mil años,

de sollozos y encantos, de sonetos y odas,

de virtuales sonoros y mentes fulgurantes.

Anunciando en el encanto de las voces del recuerdo,

que te amo inmensa y completa,

íntegra y capaz, delicada y siempre mía.

Si pudiera tan solo anunciarlo el canto de un ángel.

Ese creador se sentiría satisfecho.



María Teresa Valdés Silva. Te amo con cada una de mis fuerzas.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Instrucciones para varios mundos.

Primero y ante todo debes entender señor lector, que el abismo que separa el mundo mundano, del corriente y satírico efecto de contrariar ciertas discrepancias referidas al concepto de realidad, no corre en este pequeño instrumento de ejercitación diaria, semanal, mensual, anual o hasta mental, por lo que debes anotar cada una de las instrucciones que aquí se entregan y detenidamente seguirlas, una a una, letra por letra, pues si en algún caso no realizas el procedimiento encomendado, ten por seguro que tus años de libertad intelectual y de expresión han de caer en una agujero tan pero tan extremo y extraño, que la nada misma parecería un paraíso.


1.- Detén tus pasos y da diez vueltas en torno a una cornisa sucia de la esquina de tu vecino más lejano. El punto principal es determinar quién es tu vecino más lejano, pero para eso debes retener en tu mente la definición de vecino (revise en el recetario de mamá).


2.- Ahora vierte en un lienzo dos capas de helado de fresa y sumerge las uñas quinta y tercera de tu pie izquierdo en él. Notarás que el efecto de relajo se distribuye por todo tu espanto.


3.- Salta sobre tu mano derecha y no dejes de dar gritos y bamboleos en el aire, pues al tocar el suelo los gritos y los bamboleos pierden efecto de persuasión, incluso llegan a ser molestos para un vecino lejano.


4.- Sacude de tu cabeza veinte kilos de asfixia y abrígate los dedos índices al llegar a Plutón. Algunos creyentes afirman que es un lugar sumamente árido y frío, mejor es asegurarse y llevar dos pares más de calcetas y guantes, pues no pesan tanto y caben en cualquier sitio.


5.- Estando en Plutón, bebe de una copa de cristal dos azucaras limonadas, así te proteges de los virus que rondan y pululan en esos lindes. Toma un par de rocas y de veinte saltos y dieciocho ruedas vuelve a la casa vecina de tu más alejado pariente, al que no ves nunca.


6.- Dale un abrazo.


7.- .


8.- Estando en tu hogar enciende el televisor, pero hazlo en un lugar donde el humo y la explosión que generaras no incomoden a nadie, por que el fuego y esos parásitos electrónicos son enemigos jurados.


9.- Al haberte deshecho de aquel aparato infernal, llora, llora cuanto creas conveniente, porque sabrás que deberás reponerlo tarde o temprano.


10.- Ya más tranquilo escribe un par de quejas formales, unas tres más informales y una sumamente vulgar, simplemente para quitarte el antojo.


11.- Desayuna en la playa que más cercana esté de tu pariente menos querido, así puedes causarle algo de envidia antes de pedirle perdón por tu ingratitud y los celos causados.


12.- Por último sonríe y quita de aquí tus sucias manos, pues si haz seguido estas instrucciones ya no necesitas seguir leyendo. Pero antes sigue la instrucción final.


13.- Toma este pequeño manual, incrústalo en tu mente, reescríbelo y entrégaselo a tu vecino más lejano, en algún momento volverá a ti y así te corresponderá agregar una nueva instrucción. Atentamente el papel del autor y el autor del papel.


14.- …




Como regalo a mi amada y querida prometida. María Teresa Valdés Silva, que está mirando apoyada en mi hombro.

martes, 8 de noviembre de 2011

"Trozos de Sangre"

Siento un agrio sabor en el vientre,
como si aquel destino podrido,
en su amplio margen de horror,
lamiera íntegro el ácido de mi cuerpo,
desde los zapatos de cuero ennegrecidos,
hasta el sombrero heredado.

Sumergido en un ruido introvertido,
de golpeteos, palmas y gritos,
sumido entero en una sola silla,
cruzado de pies, manos y mente,
pienso en ti, en toda tu corporeidad,
en el extrapolado sentimiento,
en la profunda sentencia de vivir.

Como algo, lo deshecho,
no tolero ese vibrato del mundo,
aquel trivial y extenuante dolor en la sed,
todo pavimento cubierto por dientes,
trozos de sangre y gotas de piel.

¡Qué asco siento!, que hastío me adormece,
con una fuerza incontrolable
y vómitos corroídos,
como perdido en el cerebro.

Gracias Satanás.

miércoles, 26 de octubre de 2011

"Pintores y amor"

Un fondo brillante pintaba el pintor, roseaba colores y matices de uñas brutales, “una obra maestra”, podrían exclamar cientos, “una real y rotunda obra profunda con sentido abstracto y un modernismo explicito, que se palpa a simple vista”, podrían decir otros, “el perfecto calce de la brocha y el lienzo, unidos por el arte de los colores reunidos todos en una genuina expresividad”, dirían algunos, pero para él solo era un encargo uno de tantos otros, uno como cualquiera, tan sólo dedicaba su tiempo a ganarse la vida y el pan.

Pero uno de esos días, camino justamente a su labor, topó en el sendero con una hermosa damisela, soberbia visión que ni el más completo de los artistas de toda la historia podría imaginar, una angelical mujer que con una mirada y una sonrisa llevó a mundos alternos la mente y el alma del pintor.

Él extrañamente atraído por ella dejó todo cuanto llevaba en sus manos en el suelo y simplemente la siguió hasta su refugio en lo profundo de la sima de una montaña, paciente la miraba, observaba cada detalle de su figura, de la belleza sin par de su rostro y luego de verse entre sus brazos, casi embrujado por el aroma que emanaba de esa piel, tomó del bosque vecino una serie de materiales, urdió sus pinceles, sus colores  perfectos y en un trozo de tela lanzó y lanzó surcos, tan divinos que conmovieron en demasía a la mujer, quién enamorada al instante, no dejó que el pintor nunca en la vida abandonara sus días.




Otra forma narrativa de ver lo nuestro, me raptaste corporal y espiritualmente. Te amo María Teresa Valdés Silva.

“Lista de mí, por ti”

Una sinfónica esquizofrenia,
una volátil sensación,
un cúmulo aspirante de sentidos,
un respiro en el alba noctámbula,
una etérea y ardiente idea,
la penetrante y socorrida agonía,
una extrapolación inimaginable en la piel,
una áspera y serena contradicción,
un idilio alcanzable con la lengua,
una sintonía aullante y urdida,
una extraña maleta con flores,
un sol radiante y sonrojado,
una corona dorada en esa voz,
un respiro ferviente y un colapso en la columna vertebral,
una técnica precisa e infantil,
un día verde, extraño y cobijante,
un sereno sentido de aislamiento,
una virtuosa y entera conjunción.
Un sí quiero, un tal vez o quién sabe,
un diurno sentido de pertenencia,
la felicidad completa, la esperanza pasajera,
la seguridad estelar
y los dientes apretados,
solo por las ganas, solo por las codicias,
solo por besarte y vivir en paz.

Una pequeña lista de las cosas que me haces sentir María Teresa Valdés. Me llevas de un extremo a otr y ningún día es como el anterior. Te amo con todas mis ganas y todo mi ser.

"Poetística sin sentido"


Moribundos flatulentos extractos de tiempo hechados al azar.
Serenatas segismundas virulentas altiplánicas.
Marquísticos cangrejos de famas y cortázares.
Guitarrientos planfletísticos maderos cafés.
Plumísticos misterios. Sillonescos Sanchos Panzas.
Plagios verdes de puertísticos alientos.
Teleféricas comedias de pantallas planas.
Histiéticas esculturas que veían las abuelas.
Cigarrísticos elásticos blancos, amarillos y negros.
Amplificaciones inertes de mentes sin respuestas.
Cuatro vasos y un sujeto.
Siete años y dos pies.
Veinte lenguas de viejas sin pasiones.
Cubísticos artistas sin un quehacer definitivo.
Síndrome de personalidad decidida.
Pasadizos vecinales y una hondonada en la sima.
Mil pensares sin brutalidad.
Mil supuestos envolviendo los caramelos.
Experiencias superfluas y un espacio de combate.
Pesticidas, ramas secas, un silencio y su flor.

“Espera”

Espero, lanzado y en el ruido,
en todo diámetro paciente, espero,
con las páginas abiertas, espero,
soñando ansiedades, espero,
como el primer día, espero,
tomando mi dedos amarillos, espero,
sollozante y cansado
espero tu piel,
espero las ganas y los veloces labios,
espero las alas blancas y cálidas
que me encomienda tu ser,
espero totalmente, espero.
Como si fuese el día del nacimiento
o de la esperanza sucumbida que nace de los días, espero,
refugiado en las imágenes, espero,
encaramado en los recuerdos, espero,
con el ánimo expuesto
y los deseos completos, espero,
buscando en mi cama,
en ese lado enormemente vacio,
el rincón anhelado que me entrega tu voz,
te espero, como nadie te espero,
soñando, sollozante, anhelado y amando
te espero.
Te espero María Teresa y sé que ya vendrás, pero aún así los días y más las horas son eternas cuando no te tengo. Te amo muchísimo.

“Incongruencias Fervientes”


Del hastío sollozante, vergonzoso y vulgar,
las llamaradas humeantes
y esa mente seca impiden,
atrevidas y malversas,
las ideas planas y volátiles del pensar,
las ganas fecundas y directas
han ahuyentado las fértiles manos ya sin vida,
los pensamientos cobardes y atribulados
pecaminosos instantes de silencio,
brotes celestes de una gris inmensidad,
densos minuciosos y advertidos retazos
transmiten filtros por lo poros,
han vertido afanes y desgano.
Cama, quietud, inmovilidad,
tareas van idas y regresan presurosas,
incongruencias fervientes
que limitan el deseo puro y sensato
fatídicos segundos de eterno andar,
cabizbajos aludes y terribles sequias,
cerebro a saltos,
respiros cortos y bocanadas de aire caliente,
las ideas molestas y enfurecidas
llenan barullos y dibujan noches,
vacios y un sin dudar absurdo
de la soledad inmortal.

“El último momento de una habitación”


Murallas de centeno, la amarillez ácida de las paredes recorre el entorno cuadrado sin querer dar prisa al tiempo ni a la mortandad, simplemente el enmohecido ambiente refleja la pasividad con que los días habían urdido un plan de conspiración en contra del universo.

El destello de una gota de luz atravesaba pasional el linde de la única ventana, cerradura abatida y los colores recaían nuevamente en una vejez que no puede ser descrita. La cama, vulgar dibujo de pasiones acabadas estaba muerta, despilfarrada en una esquina brutal, solitario a un costado de ésta un fiel mueble ya en su agonía componía la fidelidad de una pareja devota y eterna.

Toda la escena honesta se sostenida por algo de polvo, quién podría saber que había debajo de tal estruendo de terruño, tal vez oro, plata, madera o metal, no se podía señalar con exactitud y aquel que quisiese averiguarlo debería poseer sin dudar el título de arqueólogo o algo parecido.

La historia había muerto al amparo de aquel sitio, las horas y los minutos huían despavoridos, pues quien se atreviese a pisar un centímetro o algún milímetro del lugar, de aquella loca alcoba, lentamente caería presa de aquel hedor podrido y ensordecedor para terminar como la imagen que colgaba de un clavo petrificado. Tiesa, sin ánimo, sin virtud ni color alguno.

Hasta los pocos fantasmas que hasta hacía ya algunos días invadían el lugar, preparaban sus maletas para mudarse al piso de junto, no por el aburrimiento, pues la vida de los espíritus es realmente monótona, sino más bien por aquel aroma tan particular. Ya casi con asco recorrían los rincones despidiéndose de arañas, gusanos y todo tipo de bichos que ahora se volvían sin más, amos y señores de aquel trozo olvidado de mundo.

La habitación no quedaría jamás a solas, nunca en el fin del mundo, pero no con vida pensante que la habitase, lamentablemente no era válida su misión en este mundo y por lo tanto, como las apariciones ya no estaban, tan solo le quedaba regar su último suspiro, dejar caer una de sus paredes ácidas y corroídas y permitir el escape de toda forma de vida bruta y minúscula de si misma, como la última dádiva o el don final que entregaba como obsequio a todos sus vecinos, habitaciones, humanos y sentimientos colindantes, por que al no ser un monumento pretencioso, tan solo quería morir en paz y sin que nadie siguiese acrecentando aquel aroma tan repulsivo.

"El alma de cualquier hombre"

Siento tanto haberte traído hasta aquí, a este seco y árido lugar donde las tristezas del mundo entero han encontrado albergue y donde las estrellas y la luz se ven cada vez más y más lejanas, - le decía el hombre de la barba enorme a su diminuta alma.

No podemos mentirnos, nos tenemos el uno al otro, aunque a veces siento que me dejas solo para no verme el rostro y otras en las que yo te olvido a ti tan solo por hacerme el duro, - continuaba imbuido en su reflexión monologal, - no pretendo hacerte daño, sé que nunca fui digno de tu confianza y que tal vez de lo mismo nacieron tus miedos, pero lo repito y lo haré hasta que no pueda pronunciar palabra, - sus pensamientos solo se dirigían hacia su espíritu, - siempre nos hemos tenido a ambos, por más que los cielos, la historia y el arte intentasen llenar vacíos que quién sabe si existieron, siempre nos tuvimos el uno al otro, pero hoy ya en la decadencia de mi vida te he traído hasta aquí, sé que no te gusta lo que vez, - y apretó con fuerza los dedos de su pequeña alma, la que a simple vista era como un niño pequeño, no por inmadurez, no, ella siempre creció junto al sujeto que le sirvió de envase, tenía aquella apariencia sólo por que el olvido la hizo perderse en sí misma y dejarse ir en sueños y pensamientos que la fueron moldeando tras el miedo y la duda y el anciano continuó, - te he traído hasta este recóndito lugar por que ya cuando estoy a punto de morir te quiero liberar, quiero que expandas esas alas que siempre intenté sujetar y que vueles, que seas libre, que hagas lo que creas mejor para ti, como hombre te lo expreso nunca fui digno de ti y aún cuando las cosas ya no tienen cabida para mí creo que es el momento de darte vida juntamente con mi partida, - su pequeña alma lo escuchó silenciosa sin expresar nada más que una calma halagadora en su rostro y cuando el senil esperpento de hombre cayó al suelo y se recostó en ademán de muerte, ésta lo miró, tomó sus dedos y los apretó con tal fuerza que el sujeto vio dibujarse en aquella sonrisa una paz que lo conmovió hasta que de sus ojos cansados emanaron dos lágrimas, tan sólo dos lágrimas grises, - nunca te he abandonado y ahora, cuando la luces de tu camino se escapan tampoco lo haré, donde tú estés yo estaré, donde tu vayas yo iré y si en tu último momento de todo no estoy a tu lado jamás podría ser libre - le dijo y el hombre ya listo y dispuesto para su muerte, por fin, luego de muchos siglos de caminos y cansancios pudo sonreír con su corazón lleno de una alegría que no se puede describir y su alma, amiga incesante lo acompaño envolviéndolo en sus alas hasta que el tiempo infinito por fin acabo con la realidad.

“Conductos”

Bastardos momentos,
retículos de días hábiles y prestos,
secos períodos y áridos reprimen,
del compás ajeno y las muñecas celestes,
colapso vivido y transistores obscenos,
obstáculos presentes de ensoñaciones infantiles.
Montículo audaz,
precioso entorno, un paisaje alimentado de ayer,
perdido en un inmaculado
tejido de décadas pasadas,
en cuanto al mar,
seco como el antiguo Estigio,
confluente malvado y precipitado destino,
de humanos, animales y demonios.
Restituye los cielos casuales,
las nubes en virus y el asco en esperanza,
de sueños presuntuosos,
banales cálidos y tremendos,
una sorpresa, imagen en llamas,
una invasión de sentidos de un ciclo,
sin un hilo conductor.

lunes, 17 de octubre de 2011

"Deseos Intensos"


Se deshojan los párpados,
cae el cielo frente a mis pies,
tomo el rocío y vago al idilio,
al rencuentro fecundo de mi alma partida en ti,
así asumo los vuelos y acometo mis alas,
me desprendo de mi sien
y recorro distancia en mi efecto.
Sucumbo ante tu recuerdo presente,
realizo mi visión
fundado en tu espectro,
en tu rostro sincero, en tu mirada fecunda,
en el ejemplificador placer que me generan tus labios,
en la estructura inmovible de este inexorable ardor.
Recónditos cuerpos hechos cielo
en la cavidad de mi mente,
Ilusión entrante, dibujo solemne,
caricias perfectas,
asomado en tu mirada y la suavidad de tu cuerpo.
Sueño en vida el momento de amarte,
de saborear fragmentada la complejidad que eres tú,
de acometer pasional tu sensata misión
y probar, saborear el impacto genuino de nuestros cuerpos
ansiosos, anhelantes, deseosos
y nunca cansados, de esa vida intacta
y el acto que preservamos en nuestra cama.


Mayores y más profundas sensaciones que nacen, de solo pensar en ti. Te amo MAría Teresa Valdés Silva, te amo como si el mundo se fuese a morir.