Se deshojan los
párpados,
cae el cielo frente a
mis pies,
tomo el rocío y vago
al idilio,
al rencuentro fecundo
de mi alma partida en ti,
así asumo los vuelos
y acometo mis alas,
me desprendo de mi
sien
y recorro distancia
en mi efecto.
Sucumbo ante tu
recuerdo presente,
realizo mi visión
fundado en tu
espectro,
en tu rostro sincero,
en tu mirada fecunda,
en el ejemplificador
placer que me generan tus labios,
en la estructura
inmovible de este inexorable ardor.
Recónditos cuerpos
hechos cielo
en la cavidad de mi
mente,
Ilusión entrante,
dibujo solemne,
caricias perfectas,
asomado en tu mirada
y la suavidad de tu cuerpo.
Sueño en vida el
momento de amarte,
de saborear
fragmentada la complejidad que eres tú,
de acometer pasional
tu sensata misión
y probar, saborear el
impacto genuino de nuestros cuerpos
ansiosos, anhelantes,
deseosos
y nunca cansados, de
esa vida intacta
y el acto que
preservamos en nuestra cama.
Mayores y más profundas sensaciones que nacen, de solo pensar en ti. Te amo MAría Teresa Valdés Silva, te amo como si el mundo se fuese a morir.
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