De presentes infames,
de karmas fulminantes,
delirios inconclusos,
mentes fulgurantes y verdades abyectas.
Elementos virtuales,
cansancios en el acto y artes desgastados.
Alas traviesas y colores vulgares,
inyectados serenos de hadas de azúcar,
solsticios etéreos y finales sin mañana.
Me determino pedante, sujeto en resurrección,
caminante de sendero,
hablante en el silencio de susurros y palabras,
que en cementos cortantes y complejos conceptos,
dibuja estelas y canta verdades.
Amante complicado de cosmovisión renacida,
sentimientos germinantes y puros ideales,
enardecido soberbio que en tu luz hayo el escape,
que en tu luz plasmo la calma,
y que ese consuelo innegable que de tu piel,
es donado.
Tomó paz, tomó besos,
y de tu piel tomó el alma.
El retrato de mi ser, al alero de lo que siento. Te amo María Teresa
Valdés.
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