En la inmensidad
creciente de un subconsciente alterno
te sueño,
vívido paisaje idilio
intacto,
frecuencias que
fluyen y atraviesan estelas.
En el momento presente
de mi sueño perdido,
te encuentro,
rociando besos y
estremeciendo cielos,
te pienso en el frio
de mi alcoba,
Y en la profundidad
de mi aliento, te anhelo.
En el recuento
inmenso de una felicidad que no se cesa,
te miro,
sucumbiendo a tu
cuerpo, tus manos en cinta,
construyendo afanes
de futuros vírgenes,
páginas blancas y
libres dispuesta a mi,
a mis menciones
simplonas y sombríos proyectos,
los ya envueltos en
tela y flores de colores.
Trayectos efímeros que
proyectan al fin,
ese deseo perpetuo, genérico
e inmutable,
de vivir danzando por
los siglos de los siglos,
amando tu amor y
admirando tu rostro,
sumido a tu vida,
abnegado a tu luz.
Regresan a este rincón estelar, los momentos que evocan el delirio que generas en mí María Teresa Valdés. Te amo y eso jamás cambiará.
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