miércoles, 12 de octubre de 2011

“Profecía”


Hoy se siente lo atribulado,

lo dormido y lo desgastado del mundo.

El valor del agua y la invalidez del petróleo,

el costo inmune de los fármacos

y el desgaste de la calidad de vivir.

Hoy caen en un cúmulo de sensaciones los pecados el vecino

y los míos propios,

hoy se vienen a la mente las matanzas de ayer,

de los gringos y alemanes, de los chinos y los rusos,

del mundo entero desde Esparta hasta Obama.

Hoy se limitan las razones de una democracia falseada,

hoy los preceptos beneficiosos del género humano,

socorren a sí mismos tras el dólar o el euro,

en la movilidad de las calles,

y esas redes sociales, que demandan soledad.

Hoy se ciernen tensas las tribulaciones,

los olvidos y los vagos,

las putas y los hambrientos,

hoy se ciñen a sus ansias los mercados sistemáticos.

Hoy el mundo es una bruma,

un desespero y un ajeno,

un desorden, un caos, un grito en el cosmos,

un inútil sentido de vergüenza

y una carnicería salvaje de bárbaros.

Hoy se sienten los pecados de ayer,

de romanos, de cruzados, de católicos y paganos,

hoy se siente el peso de la conciencia colectiva,

hoy se cae el mundo a pedazos,

con profecías alegóricas y rituales insensatos.

Hoy duele el pecho por el hambre,

hoy duele el hambre por el pan,

hoy duelen serenos los niños en la calle

y mañana, ¿qué ha de ser mañana?

Y mañana el olvido hará vista gorda a los salvos

y los designios de nuestros propios pasos,

más que toda plegaría u oración,

acometerán sin solicitud

a los buenos, a los malos y a los peores.


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