jueves, 15 de septiembre de 2011

Carta a Don Quijote.

Estimado y queridísimo Señor Hidalgo.

He sabido por bocas audaces y muchas veces mal intencionadas, que en vuestras venturas por las tierras fértiles de nuestra querida España, ha sido víctima injustificada su persona, de una serie de agravios y ofensas, que vuestra elevadísima personalidad no debiese atender ni como asuntos vulgares, pero que en la bondad de vuestro enorme y valeroso corazón, has hecho cruzada tuya como esos galantes caballeros que con la espada, el escudo y el corcel, han derribado furiosos aquellos obstáculos, tan solo con el fin de levantar "aquestos" males de las desventuradas vidas de las víctimas de tales.
La misión de la enmienda que en vuestras manos reposa mientras revive en la tuya mente, simple es y de fácil entendimiento. Siendo el afán propio desde los días más tiernos de mi existencia, conocer a un Hidalgo que en las espaldas de un fuerte caballo, recorra nuestras tierras con el objetivo simple de hacer bondades y buena venturas a los desafortunados, es que acerco mis palabras a su excelentísima persona.
He oído, tras esos rumores que elevan los vientos, que tu antiguo escudero el Señor ya Don Sancho, gobierna feliz junto a su familia propia, la ínsula obtenida de toda tu majestuosidad, tras ardua batalla y sudor perenne, pues no siendo mi deseo ser dueño de tales tierras, solo escribo rogando lo que a continuación he de pedir.
He preparado mis ánimos, he dispuesto mis artes, he practicado la mesa y el buen beber tras la campaña y créome listo, hombre libre y dispuesto, para poder andar a vuestro costado, sirviendo de amigo y también de escudero, pues sé ya muy bien, que el cargar con la espada y aquel manto plateado, desgasta el cuerpo y por supuesto las almas y en mis favores está, serviros con la defensa. Pues es noble la causa y la cruzada grandiosa, de luchar con la espada, contra dragones y demonios, rescatar doncellas, salvar al oprimido y justificar con la lucha, una vida con vacío.
Así os digo gran caballero, que en toda jornada, a vuestro lado, siguiendo tus pasos y apoyando el objetivo.

Me ofrezco digno, servirte y respetarte.





"Una prueba."

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