"Hoy me revelo, consciente y ajeno espíritu de esta carne, me revelo potente, firme y decidido, ensimismado en la idea simple, bondadosa y eterna de amarte y hacerte feliz".
Fue así que los cielos se abrieron y como un relámpago fugitivo, el semi-dios, más hombre que divino, tomó en sus manos las quebradizas esperanzas de unos pocos, para poder así con su sacrificio, rondar el Hades, el Bardo y el Infierno y jalar con sus alas hasta que callesen al suelo, las yagas inertes que fulguraban aquella prisión.
La opción, que nada pudo interrumpir, culminó con el héroe, más humano que dios, apagando sus últimas ansias en ese vuelo final, con las manos ensangrentadas, la espalda cansada y toda la historia de la humanidad a acuestas, salvó a su amada, la posó en el lecho, besó su frente y encaminó su ya poco enérgico andar hacia el exilio, uno del que el regreso ya no era previsible, simplemente porque en aquella última aventura, liberó a una bella y formidable mujer, de las garras malvadas de unas almas podridas y dejó en ese virulento lugar, toda la esperanza que acompañó su vida, por el simple hecho de revelarse y enagenadamente hacer brillar su amor.
Pequeña narración que encomienda sentidos y amores concretos. Te amo y esto nace de ti Marité.
Pequeña narración que encomienda sentidos y amores concretos. Te amo y esto nace de ti Marité.
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