Hacer de ti lo más mío de mi,
hacer de ti cada vez que el tiempo vuele,
tenerte mía, mía y completamente mía,
una inconmensurable razón de vivir,
la paciencia futurista y los anhelos del pasados,
cada minuto ya vivido o por vivir,
hacerte mía.
Tomar y beber de tu cuerpo,
el dulce nectar del acto de amor,
del momento cúlmine en tus brazos,
apegado siempre y sin querer salir,
al aura magnífica del hecho de ser mía.
Comer de tu pasíon,
alimentar mis sueños y vivirlos,
tomado de tu mano,
recorriendo tu voz,
sonrojado por tu presencia
y al cariño de tus pasos,
ser más mía cada vez.
Sientes esto, sientes aquello,
sientes los designios del destino,
esos claros y pacientes llamados,
para que entiendas por completo que eres más mía que yo mismo de mi,
y que este placer inmedible, esta catarsis extrema,
recorre mi espina, mi mente y mi todo,
en el fin plausible de la realidad compleja,
la que me llama a buscarte y encontrar el punto,
que te haga más mía, cada vez más y profundamente mía.
Como yo soy de ti, por los siglos de los siglos,
tuyo y pacientemente tu de mi.
Siempre nuestros María Teresa Valdés. Siempre yo de ti y tú de mi. Te amo.
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