Tiempo cruel, ¿porqué te has
detenido?
explica en sencillos
conceptos la decisión que te ha vencido,
pues en tu andar contagioso y
tu brutal detención,
la esperanza de mundos y el
barullo creciente de mi contento,
ansían en desespero tu nuevo
resucitar.
Te prohíbo ser paciente,
te ordeno corras presuroso,
no dejes en el ayer los
deseos de mi alma,
que sean de ti el
combustible,
alimenta tus fuerzas de las
mías,
ya sea de día, de luna o de
sol.
Amigo tiempo, sigue viviendo,
no determines el cataclismo
de mi esencia,
consume de ella todo cuanto
puedas,
pero regala a mi cielo el
placer inmenso,
de tomar su mano y también
ese de poderla besar.
Siendo tu el rey de mi
destino,
tiempo querido, no frenes los
momentos,
permite a este sujeto revivir
de la agonía
y en tus manos ilusas,
querido compañero,
encomiendo mi dicha entera,
esa de volar, sonreír, amar y
ser monarca;
Abrazar de su pecho los
latidos eternos
y asumir de tu carrera ese
instante precioso,
pues en más y soy cristal,
de tu genuina existencia la
mía propia ha de surgir,
consumido en la alegría y en
las ambiciones sinceras,
de serenas mañanas y a su
lado,
sonrisas sin par.
Esperaré siempre que el tiempo para poder volver a besar tus labios, sea el más mínimo de toda la historia. Te amo María Teresa Valdés Silva. Te amo inmensamente.
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