miércoles, 14 de septiembre de 2011

“Trizas”

Miro desde mi lugar el techo y la cumbre,
intento atravesar el tiempo con mis dedos húmedos,
la mirada se escapó, el brillo aquel,
sonriente compañero de juegos agoniza,
la tortura explícita de los momentos transitorios sufre risas,
y es así como el aire cruje en mis entrañas.
Miro hacia arriba, una tierra que no es mía,
que fluye hacia el idilio dejando el rastro perdido.
Busco en el lodo, en el sufriente destino,
en la memoria de colapsos, en el resueno acabado,
en la esperanza desecha y el cobijado vientre.
Tomo en los hilos de la suerte el empleo y unos dados,
cojo en el hilo funesto de la insatisfacción
la voracidad compleja de un abrazo,
la opresión la acometo, la vislumbro,
siempre paciente, siempre expectante,
tras el retículo intenso de la esperanza
asomo el alma y la escondo mil veces,
como si el silbar limpio del aire,
tragara en sus rectas y fútiles entrañas
la pertenencia, la felicidad
y el ámbito más intrascendente de mis días,
como si el suspiro ajeno de sus labios;
retomara en el acto el número mil de mis plegarias,
como si el perfumado aliento de los sueños
sucumbiera al colapso etéreo de una muerte irreverente,
tomando mis dedos,
untándolos en sien,
rasgándolos, mordiéndolos, escupiéndolos
y dejándolos alzados como una bandera hecha trizas.

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